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Tomás Blanco

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Para muchos, me encuentro en ese interludio entre la infancia y la adultez, que llaman la adolescencia. Pero la verdad es que soy un niño, un adolescente, un adulto y un viejo. Así es, no tuve que crecer para dejar de ser un niño ni tampoco para encontrarme complejo y maduro, envuelto en pensamientos y discusiones “adultas”. 

 

Soy Tomás, Tomás Blanco. Un poco cuadriculado, un poco sensible, apasionado por el ajedrez, fascinado por la música clásica y el dibujo. Aprendo muchas cosas del campo, de la cocina, de ciencias exactas, de arte, de convivencia, de lenguas, espirituales y muchas más. 

 

Quizás sea esa una de las cosas que más me ocupa, el aprendizaje. Disfruto de la interacción con  nuevas personas y me gusta mucho forjar sólidas y duraderas relaciones. Si algún día nos conocemos, te saludaré sonrientemente y estaré contento de conocerte.

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