El trueque fue la forma en la que funcionó el comercio desde la prehistoria, mucho antes de la invención del dinero.
Esto hace que este asunto sea percibido como cosa del pasado. No obstante, es algo que tiene mucha relevancia en el presente y, probablemente, también la tendrá en el futuro.
La importancia de este asunto radica en el hecho de que nos permite acceder a un conjunto de cosas de valor sin tener que pensar en el dinero que necesitamos para pagar la cuenta.
¿No es esto acaso algo crucial hoy, en un mundo azotado por la inflación y las crisis económicas?
Ahora bien, la principal razón por la que el trueque cayó en desuso se debió a la dificultad de lograr que quien busca lo que uno tiene, tenga lo que uno busca.
Problema que logra solucionarse ahora gracias a las plataformas y apps del siglo XXI, que reúnen en un mismo sitio a millones de personas dispuestas a hacer intercambios fácilmente.
Gracias a esto, nuestra familia está intercambiando hospedaje y alimentación por enseñanza de inglés con hablantes nativos extranjeros.
Ellos ofrecen de manera gratuita su trabajo a cambio de viajar y tener experiencias de vida en diferentes lugares del mundo.
El voluntariado como herramienta para el homeschool
Un aspecto muy importante en nuestro proyecto de transición ha sido el cambio en la forma en la que nuestros hijos y nosotros (mamá y papá) nos hemos venido educando.
El año 2017 fue el último en el que los (para ese entonces) pequeños estuvieron matriculados en un colegio. Luego, desde el 2018, pasaron a lo que se conoce como homeschool o escuela en casa.
Aunque este cambio tiene muchas aristas, lo que deseo resaltar en esta oportunidad es cómo, para nuestra familia, la educación dejó de ser un servicio de pago para convertirse en uno gratuito, gracias a un grupo de individuos que sirven de manera voluntaria.
Quienes hemos estado involucrados en nuestro homeschool, además de mi esposa y yo, han sido personas que, por una u otra razón, comparten sus conocimientos con quien esté interesado.
Dentro de este grupo hay muchísima gente que difunde sus clases en todas las áreas del conocimiento científico (matemáticas, química, historia, etc) de manera virtual.
Sin embargo, solo hacemos trueque con aquellos que trabajan sobre el terreno (in situ), que sería el caso de los voluntarios internacionales, quienes nos ayudan, puntualmente, con el aprendizaje de inglés.
Dichos voluntarios vienen desde otras latitudes (costeando ellos mismos todos los gastos de su viaje) para convivir con nosotros por un período de tiempo corto. De esta manera, enseñan su lengua materna mientras tienen una experiencia cultural a nuestro lado.
El mundo del voluntariado y el voluntariado en el mundo
Antes de continuar, valdría la pena saber qué es el voluntariado, cómo funciona y cuáles son sus principales características.
Como su nombre lo indica, es el trabajo que alguien realiza de forma voluntaria, sin recibir ninguna remuneración económica por la ayuda prestada a alguna persona, familia o comunidad local.
Aunque nosotros elegimos apoyarnos en los voluntarios internacionales para complementar el aprendizaje de inglés, ellos y ellas dedican su tiempo, habilidades y energía para contribuir a una amplia variedad de causas.
En efecto, los voluntarios están dispuestos a hacer diferentes tipos de tareas, no solo en el ámbito de la enseñanza de idiomas o la educación en general, sino también en el de la salud, la asistencia social, las tareas del hogar, la granja o el medio ambiente, entre otros.
Lo anterior no significa que una persona vaya a hacer todo al mismo tiempo en una estadía (si se hizo ilusiones por un instante, tenga en cuenta que la esclavitud no está permitida), sino que esas son algunas de las áreas de trabajo en las que usualmente se solicita ayuda.
Ahora bien, es justamente la versatilidad de los voluntariados lo que facilita el trueque y contribuye a la mejora de las condiciones de vida de muchas personas y de sus entornos alrededor del mundo.
Lo anterior hace de esta práctica una labor de gran importancia para encontrar otras formas de relacionarnos con otros en medio de un mundo en el que todo se compra y se vende.
Pero (siempre parece haber un pero) se preguntará ¿Cuánta gente hay por ahí haciendo este tipo de cosas? “Seguramente muy poca, uno o dos gatos”, pensará usted…
Según el “Informe sobre el voluntariado en el mundo 2022”, del Programa de Voluntarios de las Naciones Unidas, habría más de 1.000 millones de personas en todo el planeta realizando algún tipo de voluntariado formal e informal.
El trueque en la práctica, nuestra experiencia
En 2022 nos decidimos a crear una cuenta en workaway.info, a través de la que empezamos a tener contacto con voluntarios que se identificaban con nuestro proyecto de vida y se animaban a contactarnos para ofrecer su colaboración.
El esquema de intercambio es simple: se ofrece alimentación y hospedaje a cambio de trabajo voluntario.
El anfitrión define el tipo de ayuda específico que requiere y la cantidad de trabajo (en horas diarias, de lunes a viernes) esperado.
Es importante tener en cuenta que el anfitrión no debe demandar más de cinco horas por día. Hay que tener muy presente que el voluntariado no es una oportunidad para explotar a personas desprevenidas...
Con respecto al tiempo libre, el voluntario puede elegir cómo aprovecharlo, bien sea descansando, haciendo turismo o compartiendo con los anfitriones en sus actividades cotidianas. Lo que es uno de los aspectos que motivan la visita de los extranjeros.
La mayoría de voluntarios son personas jóvenes, interesadas en descubrir otras formas de vivir la vida, diferentes a las que ya conocen en su lugar de origen. De ahí que se sientan atraídos por cosas que nosotros consideramos de lo más “normales”.
A la fecha, hemos hospedado tres voluntarios, dos de Estados Unidos y uno del Reino Unido, dos mujeres y un hombre.
En general, todos resultaron personas muy amables, respetuosas y con buena disposición para el objetivo perseguido, para lo que definimos una estadía de no más de 15 días, aunque podría haber sido más larga si hubiéramos querido.
Aunque no fue fácil tomar la decisión de abrirle las puertas de nuestro hogar a perfectos desconocidos, hay mecanismos para manejar el temor que esto conlleva.
Por un lado, las diferentes plataformas de voluntariado cuentan con revisiones que le permiten a los anfitriones conocer la experiencia previa de otros anfitriones con la visita de una persona particular. Esto permite conocer los antecedentes del candidato.
También está la opción de hospedar al voluntario en un espacio diferente al lugar en el que duermen los hijos (en una casa cercana, por ejemplo), para sentir más tranquilidad con la seguridad de los menores de edad.
Superados estos temores, uno se va relajando para conectarse con el o la recién llegada, lo que luego de algunos días ya es una relación social que fluye con naturalidad.
Aunque procurábamos comunicarnos todo el tiempo en inglés con los voluntarios, había momentos en que las situaciones hacían que termináramos hablando en español.
De tres personas que hospedamos, dos tenían buen nivel en español y la otra no lo hablaba.
Lo anterior podría ser una buena noticia para algunos anfitriones interesados, pero con un no muy buen nivel en inglés. Hay muchos voluntarios de países angloparlantes que hablan nuestro idioma.
Con respecto al desarrollo del voluntariado, desde la primera experiencia (en 2022) decidimos involucrar a otros niños de la vereda. Consideramos que era una buena oportunidad para compartir con otros la oportunidad que le dábamos a nuestros hijos.
Esperábamos conformar un grupo de 6 participantes, a lo sumo, pero luego de correr la voz terminamos con 16 involucrados, entre los 10 y los 15 años de edad, con un nivel muy básico del idioma. Todos hijos de nuestros vecinos.
Las actividades las llevamos a cabo en un salón comunal y en una escuela veredal muy cerca a nuestras viviendas, que perteneció a una fundación y luego pasó a manos de la Alcaldía de Silvania.
Para la segunda experiencia (en 2023), tratamos de aprovechar todos los aprendizajes de la primera temporada y mejorar algunos aspectos.
Una de las mejoras fue la constitución de un núcleo de madres y padres de cuatro familias que nos involucramos de manera activa en toda la gestión del programa. Gracias a esto, todo se hizo más fácil y la experiencia de cada uno los participantes y de la voluntaria mejoró mucho.
En términos generales, el enfoque del programa de inglés que diseñamos, en el primer y segundo año, no se basaba en clases como tal, sino más en un enfoque práctico (aprender haciendo). Lo que incluía muchos juegos, actividades y conversación. Los chicos lo disfrutaron mucho.
Si desea dar un vistazo al registro audiovisual de estas experiencias puede consultar: https://www.facebook.com/silvaniabilingue
El impacto del trueque a gran escala
Más allá del beneficio particular que hemos recibido con estas experiencias, cuando se amplía el foco se comprende la trascendencia del trueque a nivel socioeconómico.
Como ya mencioné, la cantidad de voluntarios en el mundo es grande, lo que representa una fuerza de trabajo nada despreciable. Gracias a esto se da vida a una economía diferente, basada en el regalo o el trueque.
Lo anterior contrasta con el funcionamiento del mercado capitalista, en el que el fin supremo de toda transacción económica es, en últimas, la acumulación de capital.
A pesar de esto, es posible encontrar otras formas de satisfacer nuestras necesidades de bienes y servicios, lo que demanda ir más allá del típico mecanismo de compra y venta.
Ahí está la transición, en abrir nuevos espacios en nuestra cotidianidad para introducir otras formas de hacer transacciones o intercambios.
Vale la pena aclarar que esto no significa la supresión total del capitalismo, sino más bien la lenta erosión de su gran influencia. Lo que es posible gracias a la inclusión de otras formas dar y recibir en nuestro diario vivir.
Se trata de pasar de una única economía (en la que domina el capitalismo) a una economía en la que hay muchas economías: la economía del regalo, la del trueque, la de las monedas sociales, la de los bancos de tiempo, etc.
Dos geógrafas y economistas conocidas con el seudónimo de J.K. Gibson-Graham denominaron a esta nueva realidad "economías diversas".
Gracias a este cambio de paradigma aspectos como la competencia, la acumulación y lo cerrado logran ser desplazados (parcialmente) por la cooperación, la circulación y lo abierto.
El resultado: una mayor circulación de bienes y servicios, lo que a su vez genera una reducción de las desigualdades y la exclusión.
¿No es esta una manera de hacer del mundo un lugar mejor?
Para los interesados en saber más
Supongo que si alguien ha llegado hasta este punto de la lectura es probable que tenga interés en contar con más información para, posiblemente, replicar la experiencia narrada arriba.
Si ese es el caso, puede contarnos, abajo en la caja de comentarios (previo registro en el sitio web), si le gustaría que hiciéramos otra publicación con algunos consejos y reflexiones sobre los aprendizajes y desafíos que hemos adquirido hasta ahora.
También puede dejar preguntas que le haya suscitado este artículo y sumarse a nuestra lista de correos electrónicos para estar al tanto de próximas actualizaciones sobre este y otros temas.
Excelente opción de vida, me gustaría participar, estoy ubicado en Silvania en el casco urbano