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Foto del escritorAlejandro Blanco

Arbol de guayaba recostado

Ese árbol de guayaba,

que nació junto a la casa sin pedir permiso,

cogió la columna de descansadero.


Aparenta ser un borracho de vereda

que está medio dormido de la perra.

Se balancea suavemente de un lado a otro.


De manera inadvertida,

al sentirse solo,

va estirando los brazos poquito a poquito

hasta tocar el gran ventanal

con la punta de sus hojas.


Todo es parte de su silente estrategia

para entrar y tomar posesión del lugar.


Cuando lo consiga,

tirará la mesa por el balcón

y dará de comer a quién esté dentro.



Arbol y naturaleza en hospedaje en cabaña con ventanales
Arbol de guayaba junto a Casa el Ocobo

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